jueves, 9 de abril de 2009


Época precolombina

Churuata, antiguo estilo de vivienda en la época precolombina.
Se cree que el humano apareció en el territorio que hoy se conoce como Venezuela hace unos 12000 años. Esta población habría llegado, por el sur, desde la región del Amazonas; por el oeste, de los Andes, y por el norte, del Caribe. Los grupos indígenas más importantes eran los chibchas en los Andes, los caribes, situados en casi todas las costas, y los arawakos, asentados en parte de las costas y más al sur, y los wayúu, o guajiros, ubicados en el occidente del país hacia el norte. Los indígenas del ayer usaban barro y paja para edificar sus viviendas y otras construcciones de utilidad pública. Otros materiales eran empleados para el intercambio comercial ordinario, o trueque, como el cacao y animales. La fauna de los años prehistóricos y precolombinos estaba formada en parte por dantas, tigres dientes de sable, armadillos gigantes, entre otros.[1]
Los principales pueblos que habitaron el país fueron los de raza caribe y arawak. Las regiones de oriente, Guayana y centro del país así como también partes de Zulia y los llanos fueron habitados por tribus caribes quienes migraron provenientes de la cuenca del Amazonas en Brasil, aunque después a causa de guerras territoriales adquirieron la costa norte de Suramérica. Los arawakos provenientes de la amazonía occidental poblaron regiones del que es hoy el estado Amazonas y buena parte del occidente y centro occidente del país. La región andina presenció un poblamiento por grupos Chibchas provenientes de Colombia, y se tiene constancia de la existencia de grupos caquetíos en Paraguaná. También hubo pequeñas migraciones de grupos independientes que poblaron la cuenca del Orinoco y otras reducidas zonas del país. Al llegar los españoles existían en Venezuela numerosas etnias que hablaban lenguas caribe, arawak, chibcha y tupí-guaraní.

Época Colonial: Artículo principal: La Colonia (Venezuela)

Siglo XV: Lo que sería con el tiempo Venezuela fue vistada y recorrida inicialmente en 1498 por Cristóbal Colón quien se acercó a las bocas del río Orinoco viniendo desde las Canarias, y recorrió la costa desde Trinidad hasta quizás el actual Cabo de la Vela, en la península de la Guajira, al este de Colombia, siendo primera vez que los europeos avistaban el continente, el Almirante al observar la variedad de flora y fauna, llamo a la zona "Tierra de Gracia", en clara alusión al Edén bíblico.
Viajes subsiguientes como el de Alonso de Ojeda, Diego de Lepe, Cristóbal Guerra y Alonso Niño. entre 1499 y 1502 delimitaron rápidamente dos porciones de territorio para hacer de ellos gobernaciones, y ejercer jurisdicción: La una desde las bocas del Orinoco hasta el "morro de Maracapana", actualmente en la ciudad de Puerto La Cruz, en la costa oriental de Venezuela, área que llegó a ser conocida como la Gobernación de Cumaná, y de allí en adelante costeando hasta el cabo de la Vela sería luego hacia 1528 la Gobernación de Venezuela o de Coquivacoa.
Durante la conquista y colonización del territorio de Venezuela, se organizaron varias gobernaciones o provincias, sin continuidad en el tiempo, como las de Nueva Andalucía o Cumaná, Paria, Coriana, Gobernación de Coquivacoa, Gobernación de La Grita, Nueva Extremadura o Mérida, y la efímera de Barcelona, en 1636. Cabe señalar que las mismas funcionaban independientemente.
Las provincias de Caracas, Cumaná, Guayana y Maracaibo dependieron inicialmente de la Real Audiencia de Santo Domingo y luego de la Real Audiencia de Santa Fe de Bogotá o del Virreinato de la Nueva Granada, en diversas ocasiones, alternándose en esta función, sobre todo en el ámbito judicial, con la Real Audiencia de Santo Domingo, dependiente del Virreinato de la Nueva España.
La Provincia de Venezuela o Caracas, dependió siempre de la Real Audiencia de Santo Domingo, en la isla La Española, hasta 1718, cuando el nuevo régimen Borbón en España, por Real Cédula la hace depender en adelante del recién creado Virreinato de Nueva Granada. Se independiza de nuevo de este Virreinato de la Nueva Granada en el año 1742. Treinta años después se le anexan los territorios de las provincias de Maracaibo, Guayana, Cumaná, dependientes del Virreinato de la Nueva Granada, la provincia de Trinidad, dependiente de Santo Domingo y Margarita, dependiente de la Corona Española, para formar la Capitanía General de Venezuela, con capital en la ciudad de Santiago de León de Caracas, por Real Cédula emitida por el Rey Carlos III de España, el 8 de septiembre de 1777.
Las provincias existentes para el momento de la creación y organización de la Capitanía General de Venezuela eran:
Provincia de Venezuela, esta fue creada en 1527 y sus primeras capitales fueron Santa Ana de Coro y El Tocuyo, durante la conquista del territorio. Fue también llamada posteriormente, Provincia de Caracas, por el nombre de su principal ciudad y capital, fundada el 25 de julio de 1567, en el valle del mismo nombre, por el conquistador Diego de Losada, después de vencer la fuerte resistencia de los indígenas acaudillados por el Cacique Guaicaipuro.
Provincia de Trinidad, creada en 1532, por el conquistador Antonio Sedeño, y originalmente bajo la jurisdicción de Santo Domingo, posteriormente a su incorporación a la Capitanía General, fue atacada por una flota inglesa, que obtuvo la rendición de la plaza, del gobernador de la isla, en el año 1797, y fue reconocida su ocupación por Tratado de Amiens en el año 1802.
Provincia de Cumaná, está reunió a las anteriores provincias o gobernaciones de Nueva Andalucía y Paria, en una única entidad, la misma fue originalmente dependiente de la Real Audiencia de Santo Domingo a partir del año 1569, hasta que fue sujeta a la jurisdicción del Virreinato de la Nueva Granada, de 1749 a 1777.
Provincia de Margarita, la isla fue una provincia hasta el año 1600, cuando pasa a depender directamente de la Corona Española hasta 1777.
Provincia de Guayana, también conocida como Provincia de Angostura, y fundada en el año 1591.
Provincia de Maracaibo, formada en 1740, con la unión de las anteriores provincias de La Grita y Mérida.
La autoridad de la Capitanía General abarcaba los asuntos de índole política, militar y económica, de todas las anteriormente señaladas provincias; sin embargo, las mismas continuaron dependiendo judicialmente de la Real Audiencia de Santo Domingo, y sus gobernadores eran nombrados directamente por la Corona Española.
La influencia de Caracas como ciudad central de gobierno oficial, y residencia del Gobernador en un área que abarcaba económicamente varias otras gobernaciones como la de Nueva Andalucía, Mérida o Guayana, influyó finalmente para integrar todo el conjunto de provincias y gobernaciones del área de Venezuela alrrededor de la Gobernación de Caracas.
La economía colonial de Venezuela giró alrededor de la exportación de cueros, trigo, tabaco y cacao, con auges en diferentes épocas, siendo este producto, el cacao tan apreciado en el exterior por su finura, aroma y calidad que impulsó durante los dos siglos finales de la etapa colonial el desarrollo económico, y generó una casta ilustrada de descendientes de los conquistadores, conocida como los mantuanos, que basó su riqueza y poder en este producto durante esos 2 siglos.

Siglo XVI: Hacia 1523 una ciudad castellana en el oriente de Venezuela, con el nombre de Nueva Cádiz de Cubagua florece en dicha isla de Cubagua, a base de la enorme extracción de perlas de sus aguas y luego con el comercio esclavista de indios de toda la costa firme cercana.
Esta efímera ciudad, fue sin embargo la más sólida de cuantas se construyeron en ese siglo en Venezuela, pues estaba toda ella hecha de calicanto, tejas y piedra, por la riqueza que generaba la explotación perlifera. Duró poco como establecimiento poblado castellano, hasta 1542, en que se la abandona en favor de la cercana Isla de Margarita, por la extinción final de los ostrales de sus aguas, y calamidades naturales como un posible temblor y un seguido huracán en esos años. No obstante su influencia como ente irradiador de presencia castellana en el territorio y de base para expediciones al interior del mismo fue notable.
El siglo XVI vio el nacimiento posteriormente, de forma más o menos espasmódica y con muchas vicisitudes de ciudades castellanas definitivas y estables, tales como Coro (1527), Maracaibo (1578), Barquisimeto (1552), Mérida (1558), Trujillo (1558), El Tocuyo (1545), Valencia (1553), Barinas (1597), Caracas (1568), Cumaná (1569), Carora, La Asunción y San Tomé, en la Guayana.
A fines del siglo XVI ya el orden colonial estaba bien establecido y funcionaban en debida forma las instituciones coloniales castellanas, como el Cabildo, la Iglesia, la Real Hacienda y el régimen de encomienda indígena. En 1576 el gobernador se establece en Caracas, por su buen clima y estar defendida de piratas por la serranía costera que la separa del litoral, ciudad donde residirá, haciendo a ella en adelante la capital del país. En 1584 se mudan a Caracas contadores de la Real Hacienda y para esa época ya reside allí el obispo.
El comercio del trigo florece, así como la ganadería, la minería de extracción aurífera y la curtimbre de los cueros para la exportación. Se importan esclavos para las plantaciones y el servicio doméstico.

Siglo XVII: El siglo XVII ve el surgimiento del cacao (1615) como un gran producto de exportación, así como la caña de azúcar, el tabaco, la sal y los cueros. El trigo decae hacia el consumo interno, por aumento poblacional.
Se ordena la fundación hacia 1618 de pueblos de doctrina para recoger a los indios y nacen así pueblos como Turmero, Guarenas, Choroní, Petare, Baruta, La Victoria, Cagua, San Mateo, Santa Lucía, El Valle, Antímano, etc., impulsados por orden real y localmente por acción del obispo y el gobernador, acatando dicha orden.
Las ciudades costeras se fortifican ante el auge pirata. Se construyen fortalezas como la de Araya en el oriente (1622-1646), Pampatar y Santa Rosa en Margarita, San Antonio en Cumaná o San Carlos de la Barra, en la entrada del Lago de Maracaibo. Maracaibo es asaltada por piratas en 1642, y luego repetidamente en otras ocasiones, así como Gibraltar, en el propio lago, Trujillo, Margarita, Cumaná y Margarita.
La Catedral del Obispado se muda en 1637 de Coro, en donde residía desde 1530, a Caracas y las misiones como institución de varias órdenes como la de los franciscanos y jesuítas comienzan a ejercer su labor pobladora, ordenadora y evangelizadora en todo el territorio, a partir de la segunda mitad del siglo XVII.
El así llamado terremoto de San Bernabé ocurrido en junio de 1641 destruye la mayor parte de las edificaciones de Caracas y poblaciones cercanas. Enfermedades contagiosas tales como el cólera, el sarampión, la Peste Negra y la gripe, atacan en varias ocasiones las poblaciones castellanas, produciendo estragos entre los indios, esclavos y españoles. Una de las más graves ocurrida en 1657, que produce muchos fallecidos en Caracas y otras ciudades.
Hacia 1780 se extingue por etapas la institución de la Encomienda de Indios.

Siglo XVIII: El siglo XVIII ve la llegada de la Compañía Guipuzcoana, o Compañía de Caracas, que se establece en 1728 y deviene en un ente monopolizador del comercio del cacao y de la venta de productos importados directamente de España, tales como vinos, trigo, telas y hierro, eliminando tanto para los productores como para los consumidores locales la posibilidad de acceder a otro mercado, lo cual genera enormes fricciones sociales y animadversión de productores y comerciantes criollos en contra de dicha compañía, sus medidas y sobre todo, sus prácticas con respecto a la fijación de precios de las mercancías.
Sin embargo, el establecimiento de la Compañía trae también beneficios, impulsando -por su propio interés- el desarrollo o mejora de la infraestructura de puertos locales, tales como Puerto Cabello, Maracaibo, Coro y La Guaira, así como el resguardo de toda la costa desde el río Esequibo gasta la Goajira, al occidente, y su defensa en contra de contrabandistas que saboteaban su monopolio. Se requisan barcos, se revisan paquetes y caletas marinas y se crean alcabalas de aduana y control. Sus prácticas monopólicas y excluyentes produjeron varias revueltas, siendo una de ellas la liderada por el zambo Manuelote, en San Felipe, en 1735. Sin embargo, la más relevante ocurrió en Barlovento, extendiéndose después hacia Caracas, entre 1748 y 1752, la cual estuvo liderada por el cosechero local de origen canario Juan Francisco de León y a la cual se plegaron todos los sectores marginados por las prácticas de la Compañía Guipuzcoana, incluyendo esclavos, pardos y canarios, por lo cual adquirió tintes de revolución social. Ambas fracasan por falta de apoyo de la élite criolla local, que decide plegarse a la Corona.
A mediados del siglo XVIII se fundan ciudades como Angostura, en el Orinoco, y San Fernando de Apure, y crecen otras como San Carlos, Calabozo y San Cristóbal, en los Andes.
En 1728 el escritor mantuano José de Oviedo y Baños escribe una Historia de la Conquista y Población de la Provincia de Venezuela, que hasta hoy es un clásico de las letras y la Historia nacional.
Los jesuitas son expulsados hacia 1766, al igual que en el resto de América por orden real.
En 1777 se produce la integración de las varias provincias en la así llamada Gobernación de Venezuela y luego en la Capitanía General de Venezuela, que constituye esencialmente desde entonces el actual territorio de la nación. El libre comercio se instaura y se extingue en esa década la Compañía Guipuzcoana.
A fines de siglo se crea la Real Audiencia de Caracas, con jurisdicción judicial para conocer de los pleitos en segunda instancia, que sustituye en esa función a la antigua Audiencia de Santo Domingo.
Varias tímidas intentonas de emancipación se producen, una de ellas liderada por el ex esclavo José Leonardo Chirino en Coro, y otra por los criollos Manuel Gual y José María España y el español Juan Bautista Picornell influenciados por las ideas de la Revolución francesa, establecidos en La Guaira, denominada la Conspiración de Gual y España. Sus cabecillas son presos y algunos ahorcados en la Plaza Mayor de Caracas en 1799.

Independencia

Artículos principales: Independencia de Venezuela y Guerra de Independencia de Venezuela
A finales del siglo XVIII tuvieron lugar los primeros conatos independentistas en Venezuela. La primera de ellas fue una rebelión armada en 1795 con José Leonardo Chirino a la cabeza. La otra se trató de una conspiración por parte de Manuel Gual y José María España, en 1797, y fue la primera de raíces populares. Ambas intentonas resultaron fallidas, con sus respectivos líderes ejecutados. Francisco de Miranda, por su parte, intentó dos veces en 1806 invadir el territorio venezolano por La Vela de Coro con una expedición armada proveniente de Haití. Sus incursiones terminaron en fracasos por la prédica religiosa en su contra y la indiferencia de la población.
La fecha del 19 de abril de 1810 marcó el inicio de la revolución venezolana. Vicente Emparan, para ese entonces era el Capitán General de Venezuela, fue destituido de su cargo por el Cabildo de Caracas. Ello dio paso a la formación de la Junta Suprema de Caracas, la primera forma de gobierno autónomo. La Junta gobernó hasta el 2 de marzo de 1811, día en que se instaló el Primer Congreso Nacional, ente que nombró un triunvirato compuesto por Cristóbal Mendoza, Juan Escalona y Baltasar Padrón. Meses después, el 5 de julio de ese año, se procede finalmente a firmar la Declaración de Independencia. Pero esta Primera República colapsó por la reacción de los realistas. El 25 de julio de 1812 Miranda, Comandante en Jefe del recién creado ejército, capituló en San Mateo.
El movimiento tendría nuevo impulso en 1813. El militar Simón Bolívar, luego de hacerse con el control de Cúcuta, emprendió una expedición armada por los Andes y la región occidental, junto con Atanasio Girardot y José Félix Ribas. Luego de hacer público el polémico Decreto de Guerra a Muerte, enfrentó a los realistas en cuatro batallas a lo largo de la ruta hacia la capital. Al terminar la campaña, el 6 de agosto entró triunfalmente en Caracas, donde se le tituló como Libertador, y donde se dio inicio a la Segunda República, aunque continuaron los combates en otros puntos del país. Sin embargo, al año siguiente estalló una rebelión leal a la Corona a cargo de José Tomás Boves. El violento empuje de sus tropas forzó a la población a huir a oriente y a la expulsión de los patriotas de tierra firme, haciendo caer así la Segunda República.
Bolívar intentó una reedición de la Campaña Admirable para rescatar la república, pero por falta de apoyo se trasladó a Jamaica para conseguir apoyo británico, y luego a Haití, donde se refugió el resto de los líderes patriotas. Allí se planificó una expedición a tierra firme, la cual zarpó en marzo de 1816. Luego de tomar la Isla de Margarita, los republicanos prosiguieron su gesta atacando Carúpano y Maracay, pero fueron rechazados. Se hizo una segunda expedición, Bolívar tomó el mando de las tropas republicanas acantonadas en Guayana, con las que logró capturar Angostura, y desde donde refundó las instituciones creando la Tercera República. Por su parte, José Antonio Páez realizó importantísimas operaciones militares para liberar la región central del país al mando de sus llaneros.
La guerra en el llano siguió hasta 1819. En febrero de ese año, Bolívar intentó la reorganización del Estado con la instalación del Congreso de Angostura, cuyo resultado fue la creación de la Gran Colombia. En 1820, se firmó el Tratado de Armisticio y Regularización de la Guerra, poniendo fin a la guerra a muerte y cesando hostilidades hasta el 28 de abril de 1821. El 24 de junio de ese mismo año, Bolívar se enfrentó a Miguel de la Torre en la Batalla de Carabobo, que se saldó con la victoria republicana. Esta victoria significó la liquidación de las tropas realistas en Venezuela, dejando remanentes que serían limpiados en la Batalla naval del Lago de Maracaibo en 1823.

Gran Colombia:
La República de la Gran Colombia, según la ley fundamental que la creó, integraba a Venezuela con el Virreinato de Nueva Granada y la Provincia Libre de Guayaquil, al que luego se uniría la Audiencia de Quito. El congreso elegido en Angostura se movió a Cúcuta, donde se sancionó la Constitución de Cúcuta en agosto de 1821, y en la que se definía la organización política de este Estado. Bolívar fue electo presidente por mayoría, y Francisco de Paula Santander fue hecho vicepresidente. Bolívar continuaría sus campañas de liberación por el sur, en la que propiciaría la liberación del Perú y la creación de Bolivia.
El nuevo Estado reguló sobre el comercio y las instituciones públicas, y también decretó la abolición de la esclavitud.[2] Pero la discrepancia entre bolivarianos (centralistas) y santanderistas (federalistas) tensionó el orden interno. Aunado a la crisis económica, la carente infraestructura, las diferencias idiosincráticas y de intereses, y el deseo de autonomía por parte de los venezolanos para con su territorio, germinó el deseo de la separación. La Cosiata de 1826, liderada por Páez, fraguó dicha inconformidad del departamento de Venezuela con el gobierno de Bogotá. Para aquietar la convulsión interna, Bolívar gobernó por decreto desde 1828, pero ello no impidió la separación de Venezuela, que se manifestó finalmente en noviembre de 1829. El 6 de mayo de 1830 se instaló el Congreso Constituyente de Venezuela en Valencia, la cual adoptó una constitución el 22 de septiembre. Ello consolida la separación de la Gran Colombia y el nacimiento de la República de Venezuela.

Caudillismo y Guerra Federal: Artículos principales: Revolución de las Reformas y Guerra Federal

José María Vargas, Presidente de la República de 1835 a 1836.

Ezequiel Zamora, líder de los federalistas en la Guerra Federal hasta su muerte en 1860.
El principal jefe político y hombre fuerte de Venezuela en sus albores como nación independiente fue José Antonio Páez, quien se juramentó como Presidente el 11 de abril de 1831, y su Vicepresidente fue Diego Bautista Urbaneja. En su persona se constituía el Partido Conservador, integrado en su mayoría por militares de alto rango que participaron en la Guerra de Independencia. En su mandato hubo relativa paz y la economía mostró una recuperación estimulada por la Ley de Libertad de Contratos de 1834 y la masiva exportación de café.[3] En 1835 delegó el poder en José María Vargas, el primer civil en dirigir el país. Esto último no fue de gusto para los militares de pensamiento liberal, encabezados por Santiago Mariño y Julián Castro que se levantaron para exigir la reconstitución de la Gran Colombia y el fin del poderío de una minoría de comerciantes. Entre tales oficiales, que se habían destacado en la lucha por la Independencia, estaban bolivarianos sobresalientes, como el edecán del Libertador, Luis Peru de Lacroix o el granadino José María Melo, así como también un enemigo de Bolívar, Pedro Carujo. Obtuvieron un efímero triunfo y designaron como presidente provisional a Mariño, pero llamaron al general Páez con el fin de que los respaldara; sin embargo éste restauró a Vargas en el gobierno y decretó amnistías a los oficiales de la revolución, muchos de los cuales sin embargo resultaron desterrados.
Páez, tras haber defendido al gobierno constitucional de una rebelión liberal, vuelve a resultar vencedor en los comicios de 1838. Afrontó la crisis económica mundial de ese año, que golpeó duramente a Venezuela, y a la creciente oposición liberal, representada por Antonio Leocadio Guzmán. Soublette fue nuevamente presidente en 1843, y en su período combatió la Insurrección Campesina de 1846. En 1847 es elegido el general José Tadeo Monagas. Inicialmente recibió gran apoyo, pero luego rompió con los conservadores. El intento de éstos en deponerlo desembocó en el atentado al Congreso de 1848, tras la cual Monagas retuvo el control del país. Al finalizar su mandato en 1851, se aseguró de que su hermano José Gregorio Monagas fuese hecho presidente. En tal gobierno destacó la definitiva abolición de la esclavitud en 1854. José Tadeo volvió al poder en 1855, pero su régimen autoritario vio su fin en la Revolución de Marzo de 1858, comandada por Julián Castro. Los decretos del nuevo gobierno no tardaron en crear descontento en el seno de los liberales. La inestabilidad del gobierno hizo inminente el estallido de un conflicto armado conocido como la Guerra Federal.
El Grito de la Federación marcó su inicio, y se desarrolló como una guerra de guerrillas. En las batallas iniciales, los federalistas liberales obtuvieron importantes triunfos, a pesar de la muerte en combate de su líder Ezequiel Zamora en 1860. Su mando fue ocupado por Juan Crisóstomo Falcón. Los refuerzos y el apoyo conseguido por Falcón fortaleció a los liberales. Los enfrentamientos posteriores les dieron ventaja y mermaron las fuerzas del gobierno centralista. Finalmente, en abril de 1863 se firmó el Tratado de Coche, que significó la victoria de los liberales y su acceso al poder. No obstante este resultado, se conformaron nuevos caudillismos regionales con ejército propio que mantuvieron el control de grandes porciones de tierra, cosa que contrariaba el anti-latifundismo liberal. Ese año, Falcón asumió la presidencia y promulgó su Decreto de Garantías que abolió la pena de muerte,[4] cosa que fue ratificada en la nueva constitución,[5] y convirtiendo a Venezuela en el primer Estado moderno del mundo en llevarlo a práctica.[6]

Guzmancismo:

General Antonio Guzmán Blanco, el Ilustre Americano, presidente en los períodos 1870–1877, 1879–1884 y 1886–1888.

El General Joaquín Crespo y los jefes de la Revolución Legalista, de Arturo Michelena. Crespo fue Presidente de la República en los períodos 1884–1886 y 1892-1898.
Las medidas de Falcón causaron rencor tanto entre los conservadores como en los disidentes de la facción liberal. Ambos bandos se unieron para derrocar al gobierno en 1867 en la llamada Revolución Azul. Un ejército dirigido por Miguel Antonio Rojas se alzó en la región central del país, mientras que el expresidente José Tadeo Monagas se alzó en la región oriental. Por la difícil situación, Falcón delegó el poder en Manuel Ezequiel Bruzual. A mediados de 1868 Rojas rodeó la capital, y firmó el Tratado de Antímano, reconociendo al gobierno y asumiendo el mando militar del país. Los orientales, considerando el tratado como una traición, prosiguieron su campaña hacia Caracas, a la que capturaron en junio de ese año, instaurando el gobierno de los azules —Guillermo Tell Villegas y José Ruperto Monagas.
Antonio Guzmán Blanco, hijo de Antonio Leocadio Guzmán, había luchado en las filas del bando liberal durante la Guerra Federal y luego formó parte del gobierno de Falcón. Luego de iniciado el régimen de los azules, tramó junto con su padre el retorno al poder de los liberales. Al huir por el rechazo de turbas azuzadas por el gobierno, organizó una invasión que logró el apoyo de caudillos regionales federalistas, tales como Joaquín Crespo y Francisco Linares Alcántara. En febrero de 1870 desembarcó en Curamichate y tomó posiciones por el centro-occidente del país mientras engrosaba sus fuerzas. Tomó Caracas en abril de ese año, por lo que su acceso al poder se conoce como la Revolución de Abril.
Por haber vivido varios años en Europa, una vez hecho presidente implementó una serie de medidas tendientes a modernizar el país e instaurar el orden definitivo. En los decretos de ese año, creó el Conservatorio de Bellas Artes, reestructuró la Alta Corte Federal, dictó el Decreto de Instrucción Pública y Obligatoria promoviendo la educación, reorganizó la Universidad Central hizo del peso venezolano la moneda nacional, fomentó la agricultura, mejoró la infraestructura, e inició una ambiciosa transformación urbanística de Caracas, ciudad a la que según los historiadores se empeñó en darle cualidades parisinas,[7] sin abandonar una tendencia centralista y autoritaria. También combatió los alzamientos en Apure, Guayana y Coro, logrando someter a los caudillos. Inició una promoción del culto a los héroes del pasado, especialmente a Simón Bolívar, como una estrategia para unir el país. Igualmente, debilitó el poder de la Iglesia Católica en Venezuela, al pasar al Estado funciones que tradicionalmente eran realizadas por ésta.
En 1877 viajó a Europa tras pasar el mando a Francisco Linares Alcántara, quien poco después comenzó un movimiento contra Guzmán Blanco. Ello, y la discontinuación de la línea progresista mantenida por su antecesor, provocó la Revolución Reivindicadora que le derrocó en 1879. Tras regresar al país, Guzmán Blanco inició un segundo gobierno en el que designó al bolívar como moneda nacional, y decretó el canto Gloria al Bravo Pueblo como himno nacional, además de continuar las medidas que habían tenido éxito en su anterior período, con la ganadería y el agro recuperándose de la caída en el pasado. Luego de cinco años pasó el mando a Joaquín Crespo. La introducción del positivismo y la creciente oposición del sector estudiantil condujeron al cierre de la universidad por parte del gobierno. Como resultado, el Congreso eligió a Guzmán Blanco para presidir entre 1886 y 1888, quien se retiró en 1887, dejando a Hermógenes López como presidente interino para la transición.
Le siguió Juan Pablo Rojas Paúl, quien se alejó de la línea centralista mantenida hasta el momento, creó la Academia Nacional de la Historia, y enfrentó disturbios y alzamientos anti-guzmancistas. En 1890 fue elegido Raimundo Andueza Palacio para el período constitucional de dos años, pero su intento por extender su mandato provocó la Revolución Legalista de 1892 encabezada por Joaquín Crespo, que le derrocó del poder. Crespo asumió la dirigencia como producto del movimiento en octubre de ese año, y aprobó una nueva constitución estableciendo la duración de la presidencia a cuatro años, y el voto directo. Mientras era jefe del país los recursos públicos fueron mal invertidos y se crearon nuevas deudas para el país, pero permaneció popular entre sus soldados. Su candidato a sucesor, Ignacio Andrade, venció en las elecciones de 1897, pero su contrincante José Manuel Hernández, desconoció los resultados acusando fraude, y se rebeló en Queipa, Valencia en 1898. Crespo, al mando de las tropas del gobierno, pereció en la Batalla de la Mata Carmelera, pero el alzamiento fue derrotado. El saldo al final del siglo XIX fue de recesión económica, pero de avances en la cultura, la tecnología y el urbanismo.[8]

Hegemonía Andina

Cipriano Castro, Presidente entre 1899 y 1908, reunido con su gabinete ministerial.

Grabado de Willy Stöwer representando el bloqueo de los puertos venezolanos en 1902.

General Juan Vicente Gómez, gobernó a Venezuela con puño de hierro desde 1908 hasta 1935, fecha de su muerte.

La Junta Revolucionaria de Gobierno en 1950.

El General Eleazar López Contreras presta juramento en su toma de posesión, 1936.

General Marcos Pérez Jiménez, miembro de la Junta Militar de 1948 a 1952, y Presidente de facto hasta 1958.

El Panteón Nacional, edificio que alberga los restos de personas destacadas, entre los que destaca el Libertador.
La Revolución Liberal Restauradora de 1899 organizada por Cipriano Castro y Juan Vicente Gómez hizo huir del país a Andrade, llevando al poder a Castro, quien sin embargo, ratificó en sus cargos a algunos ministros del derrotado gobierno, desvirtuando el lema principal de su campaña: «Nuevos hombres, nuevos ideales, nuevos procedimientos». En 1901, la Asamblea Nacional Constituyente lo eligió Presidente y como segundo Vicepresidente a Gómez. Al igual que sus predecesores, por su autoritarismo combatió sediciones internas. La más sobresaliente de éstas fue la Revolución Libertadora, liderada por el banquero Manuel Antonio Matos, que culminó con el triunfo de Castro en 1903 tras la Batalla de La Victoria, y cerrando el capítulo de las grandes rebeliones caudillistas. Además, su gestión siguió una fuerte línea anti-imperialista contra las grandes potencias extranjeras, negándose a cancelar la deuda nacional con el Reino Unido y Alemania. Debido a esto, debió encarar el bloqueo naval que impusieron estos países.
Debido a una enfermedad, en noviembre de 1908 Castro se dirigió a París con el propósito de someterse a tratamientos pertinentes. Días después, su vicepresidente y amigo Gómez perpetró un golpe de estado en diciembre de ese año, traicionando a Castro y prohibiendo su regreso a Venezuela. Gómez fue oficialmente presidente desde 1910, cuando el Congreso lo eligió para un término de cuatro años, pero decidió permanecer el poder, y para solventar la crisis posterior suspendió las elecciones. Gómez sería designado como Presidente Constitucional por períodos de siete años establecidos por una nueva constitución, con gobernantes títere presidiendo por poco tiempo y actuando de fachada a Gómez. Fue inmisericordioso tanto con opositores como con todo aquel que le cuestionase. Muchos prisioneros políticos cumplieron su condena realizando trabajos forzados para construir diversas carreteras por todo el país. Para resistir protestas del estudiantado, cerró la Universidad Central de Venezuela durante diez años, con lo cual sumió al país en un fran atraso educativo. También promulgó la primera Ley del Trabajo, creó bancos para obreros y agricultores, inició la explotación petrolera y logró la cancelación de la deuda externa en 1930. El movimiento opositor más recordado de su época fue protagonizada por los estudiantes universitarios en 1928, de donde surgirían nuevos líderes políticos. También tuvo lugar un intento de golpe de estado en los cuarteles de Caracas, así como la invasión del Falke en 1929. Su mayor contribución fue la pacificación definitiva del país, al exterminar a los caudillos importantes y crear la Academia Militar de Venezuela, como base de un Ejército Nacional consolidado. Su régimen es considerado como la dictadura más férrea que ha tenido Venezuela.
Gómez murió en 1935, y el General Eleazar López Contreras fue designado Encargado de la Presidencia hasta 1936, y luego Presidente Constitucional por siete años. Con él se inicia la transición a la democracia: decreta amnistía para los prisioneros políticos y restablece la libertad de prensa. En los Carnavales de este año una gran manifestación pública frente al Palacio de Miraflores demandando por mayores liberades civiles, a las que López accedió en parte con su Programa de febrero. En julio reformó la constitución, reduciendo el período presidencial de 7 a 5 años, y focalizó sus políticas gubernamentales en la creación de programas asistenciales de salud pública.[9] Además, concretó obras de suma importancia para la nación como la creación de la Guardia Nacional de Venezuela en 1937, la apertura del Museo de Bellas Artes y del Museo de Ciencias en 1938, y la creación del Banco Central de Venezuela en 1940.
Al término de su mandato en abril de 1941, el Congreso designó como Presidente a Isaías Medina Angarita, militar que promulgó una Ley de Hidrocarburos en 1943 que traería más dividendos monetarios al país y restringiría la participación de las empresas multinacionales. En su gestión se decretó la elección directa de los diputados, el sufragio femenino y la legalización de todos los partidos, se permitió el regreso de todos los exiliados políticos y la liberación de la totalidad de los presos políticos. También creó el primer plan de cedulación venezolana en 1944, activó una reforma agraria, e inició la modernización de las ciudades. Apoyó a los aliados en la Segunda Guerra Mundial e intentó la anexión de las Antillas Neerlandesas. El aspecto más negativo fue la firma del Tratado de Límites de 1941 con Colombia. Aunque continuó con mayor rapidez el camino a la democracia, existían muchos adversarios políticos, como Rómulo Betancourt y su partido Acción Democrática. Desde su seno se fraguó en 1945 un golpe militar en su contra con ayuda de un grupo de jóvenes militares dirigidos por los Tenientes Coroneles Marcos Pérez Jiménez, Luis Llovera Páez y Carlos Delgado Chalbaud, quienes disentían con el tipo de elección presidencial empleada y con muchas medidas de Medina.
Se instauró entonces una Junta Revolucionaria de Gobierno presidida por Betancourt. En breve tiempo la Junta llamó a comicios libres y directos. El famoso escritor Rómulo Gallegos resultó ser el primer presidente venezolano electo de esta forma, asumiendo en febrero de 1948. A pesar de eso, Gallegos no completó su período debido al golpe de estado del 24 de noviembre de ese año, en el que se hizo con el control del país una Junta Militar integrada por los mismos rebelados de hace tres años, y que derogó la constitución de 1947. De los triunviros, Carlos Delgado Chalbaud era candidato a presidir el país luego de que la Junta Militar convocara a elecciones, pero es secuestrado y asesinado por un grupo liderado por Rafael Simón Urbina y su sobrino Domingo Urbina el 13 de noviembre de 1950. Tras el incidente, Germán Suárez Flamerich fue designado presidente provisional. Aunque no se ha podido confirmar, es creencia popular que el autor intelectual del magnicidio fue Marcos Pérez Jiménez, el segundo triunviro que ejercía como Ministro de Defensa.
Pérez Jiménez permaneció en tal cartera hasta diciembre de 1952, fecha de las votaciones para una Asamblea Constituyente. Al observar que el partido opositor URD se estaba llevando el mayor porcentaje de votos, el oficialista Frente Electoral Independiente desconoció los resultados y suspendió las elecciones. Dos días más tarde, los poderes de la Junta fueron transferidos en su totalidad a Pérez Jiménez, quien en abril de 1953 es proclamado Presidente Constitucional por cinco años. Su gobierno, que en ese año impulsó una constitución, tuvo el formato de una dictadura personalista que no vaciló en proscribir a la oposición, coartar libertades civiles y censurar sistemáticamente a los medios de comunicación. Su principal organismo policial, la Dirección de Seguridad Nacional en su Sección Político-Social (f. 1949), tuvo la tarea de arrestar a opositores, recluirlos en el Campo de Concentración de Guasina, y también ejecutarlos. Tuvo especial apoyo del gobierno de los Estados Unidos por ser parte de la red de distribución petrolera y por su lucha contra el comunismo. Sin embargo, su régimen también se caracterizó por un progreso en infraestructura sin igual para el país, lo que posteriormente se conocería como la «dictadura desarrollista» de Venezuela. La explosión de la infraestructura visionaria y tecnológicamente puntera, el fomento especial a la inmigración europea que cambió a la sociedad venezolana, y la completación de ambiciosos y emblemáticos proyectos de obras públicas, se enmarcaron como la práctica de una corriente de pensamiento nacionalista denominada el Nuevo Ideal Nacional.[10] A pesar de esto, la antipatía generada por sus actos represivos y sus intenciones de perpetuarse en el poder, incrementó el descontento en su contra.
En diciembre de 1957 se organizó un plebiscito para definir su permanencia para otro período en el poder. Los boletines oficiales le dieron la victoria, aunque era de sobreentendimiento en la población y en la Fuerza Armada que se trató de un fraude orquestado. Esto produjo un fraccionamiento en las Fuerzas Armadas que lo habían apoyado hasta entonces, y que protagonizó una rebelión fallida en el día de Año Nuevo de 1958. La crisis política que se originó entonces desestabilizó las bases del régimen, concluyendo con su deposición por un movimiento cívico-militar en la madrugada del 23 de enero, lo que le obligó a huir hacia República Dominicana para posteriormente trasladarse a España junto a su familia. Al día siguiente se organizó una Junta de Gobierno presidida por el Contralmirante Wolfgang Larrazábal. Aunque se llamó a elecciones para ese año, la Junta rechazó varios conatos de golpe por parte de militares perezjimenistas. En octubre se procedió a la firma del Pacto de Punto Fijo, que disponía de la alternancia en el poder de los partidos Acción Democrática, COPEI y URD, para encauzar la futura vida política del país[11] y excluyendo a los partidos de izquierda. Larrazábal renunció a la junta en noviembre para participar en los comicios, siendo sustituido por Edgar Sanabria. La elección a Presidente se decantó finalmente por Rómulo Betancourt, quien asumió el cargo en febrero del año siguiente.
Las obras más perdurables de Pérez Jiménez se manifiestan en la construcción de gran parte de la infraestructura vial en el Distrito Federal. La Autopista Caracas-La Guaira, Autopista Tejerías-Valencia, Autopista Francisco Fajardo, el Paseo de los Próceres y otras muchas fueron obras del Gobierno Militar. Una Junta cívico - militar de Gobierno, presidida por el Contralmirante Wolfgang Larrazábal Ugueto se encarga del gobierno de transición hasta las nuevas elecciones presidenciales. Una medida populista de esta Junta de Gobierno, denominada Plan de Emergencia, por la cual se le daba una especie de salario mientras conseguía trabajo a todos los campesinos y obreros que lo solicitaran, dio origen a un masivo éxodo rural que se dirigió a las ciudades, especialmente, a Caracas, lo cual dio origen, a su vez, a una macrocefalia de la capital con respecto al resto del país, y al rápido y descontrolado incremento de las áreas de poblamiento marginal en las barriadas de las principales ciudades.

Democracia:
Artículo principal: Historia de Venezuela desde 1958

Rómulo Betancourt

La Fuerza Aérea bombardea el Fortín Solano durante El Porteñazo, en 1962.
La nueva era democrática trajo consigo cambios a nivel político y económico. En su gobierno no se otorgó más concesiones petroleras a las empresas que operaban en el país, se constituyó la Corporación Venezolana del Petróleo, y se creó la OPEP en 1960, por iniciativa de Juan Pablo Pérez Alfonzo. Paralelamente se adelantó una ley de Reforma Agraria que redistribuiría los terrenos improductivos con el fin de detener el declive de la producción agrícola, debido al boom petrolero. Igualmente, se sancionó una nueva constitución en 1961. El nuevo orden tuvo sus antagonistas. Durante un desfile militar, el Presidente sufrió un atentado planeado por el dictador dominicano Rafael Leónidas Trujillo con el fin de reiniciar la dictadura en Venezuela. Los grupos izquierdistas excluidos del Pacto iniciaron una insurgencia armada, organizados en los focos guerrilleros de las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional, auspiciadas por el Partido Comunista. En 1962, intentaron la desestabilización vía los cuerpos militares, protagonizando dos fallidas revueltas, una en Carúpano y otra en Puerto Cabello. Paralelo a esto, Betancourt promovió una doctrina internacional, en la que sólo reconocía a los gobiernos electos por votación popular y rompía con los regímenes dictatoriales.
En las siguientes elecciones de 1963 resultó electo Raúl Leoni. Su gobierno comenzó con una coalición de partidos a la que se denominó la Amplia Base, integrando a AD, URD y el FND. Aunque su gobierno fue de concordia general y entendimiento entre los sectores de la población, tuvo que lidiar con numerosos ataques de la guerrilla. De entre éstos destaca la invasión a las playas de Machurucuto en mayo de 1967. Viendo que rendía pocos frutos, la mayor parte de los guerrilleros abandonaron la lucha armada por la política electoral en ese año. El gobierno de Leoni también se destacó por la conclusión de obras públicas y el desarrollo cultural.
Rafael Caldera resultó vencedor en los siguientes comicios. Antes de tomar posesión, en 1969, estalló la insurrección de Rupununi en Guyana, que representó una oportunidad para anexar parte del Esequibo que reclamaba Venezuela. En este contexto, firmó el Protocolo de Puerto España en 1970, congelando las reclamaciones por 12 años. Pactó la tregua definitiva con la guerrilla y garantizó su integración a la vida política, legalizando el PCV. En 1974 asumió la presidencia Carlos Andrés Pérez. En su gobierno se hizo notable el profuso ingreso de divisas por concepto del petróleo y los altos estándares de vida que adquirió la población, llegándose a la acepción de la Venezuela Saudita, el la que creció aceleradamente el Producto Interno Bruto. En 1975 nacionalizó la industria del hierro, y al año siguiente, la del petróleo, creando la empresa estatal PDVSA. Tanto Caldera como Pérez rompieron parcialmente con la Doctrina Betancourt.
En 1979, Luis Herrera Campins es investido como Presidente. Inauguró múltiples instalaciones culturales y deportivas, así como el Metro de Caracas. Aunque los ingresos petroleros siguieron acrecentándose, ello no impidió que el país se endeudara en las finazas internacionales, forzando el apego a los dictámenes del Fondo Monetario Internacional. En 1983 se produjo la devaluación del bolívar en el llamado Viernes Negro, desatando una fuerte crisis económica. En el gobierno del próximo presidente, Jaime Lusinchi, se haría poco para contrarrestarla. Los índices de corrupción se vieron incrementados, y la política económica siguió manteniendo la línea rentista. Por otra parte, en 1987 se vivió el mayor momento de tensión militar internacional en los últimos años, cuando la corbeta colombiana A.R.C. Caldas ingresó clandestinamente en aguas del Golfo de Venezuela. Fue una crisis que se originó en la disputa por la soberanía en dicho golfo entre ambas naciones, y sobre la que no se había alcanzado acuerdo. Los medios hablaban de una posible guerra, pero el conflicto se resolvió por medio del diálogo y el retiro de la corbeta.
«Es difícil pedirle al pueblo que se inmole por la libertad y por la democracia, cuando piensa que la libertad y la democracia no son capaces de darle de comer».-Rafael Caldera, en un discurso pronunciado en el congreso con motivo del Caracazo.
Carlos Andrés Pérez es nuevamente elegido durante los comicios de 1988. Buscando solventar la crisis, adoptó medidas que tuvieron como consecuencia violentas protestas y saqueos en Caracas ―el llamado Caracazo de 1989. Posteriormente, se produjeron dos intentos de golpe de Estado en febrero y en noviembre de 1992. El mandato de Pérez, que debía culminar en febrero de 1994, fue interrumpido debido a su destitución en 1993 por acusaciones de malversación de fondos. El Presidente del Congreso Octavio Lepage, fue Presidente provisional por pocos días, hasta que el historiador y también parlamentario Ramón José Velázquez, fue elegido por el Congreso como Presidente interino, para culminar el periodo constitucional restante. Pérez también sería expulsado del partido Acción Democrática y años más tarde condenado por los graves hechos de corrupción ocurridos durante su gobierno.
Caldera llega al poder por segunda vez en 1994. En el primer año de gobierno tiene que manejar una fuerte crisis bancaria que se inicia con la intervención del Banco Latino, quebrado en el gobierno interino de Velásquez. El derrumbe e intervención de una decena de instituciones bancarias culminó con la fuga de capital por concepto de auxilios financieros otorgados por el Estado a la banca, provocando también el quiebre de empresas. Para frenar la crisis, inició una política de privatizaciones, pero la grave situación económica continuaría en todo su gobierno. La situación catalizó el decaimiento de los partidos políticos que habían estado activos en toda la era democrática. En abril de 1998 el Tribunal Superior de Salvaguarda del Patrimonio Público ordenó la detención de Carlos Andrés Pérez bajo la acusación de enriquecimiento indebido, por lo que fue inhabilitado políticamente.
El líder del golpe de estado de febrero de 1992, Hugo Chávez, se irguió como el gran favorito a las elecciones presidenciales de 1998, resultado electo por mayoría de votos, contando con el apoyo del partido fundado por él, Movimiento V República, y una alianza partidista llamada «Polo Patriótico», que buscaba impulsar un gobierno inspirado en ideas socialistas y lograr cambios políticos, económicos y sociales positivos. Luego de asumir el mando, convocó a una Asamblea Nacional Constituyente, iniciativa en la que hubo voces de alerta ante las supuestas irregularidades que se venían cometiendo desde las esferas del Gobierno, y destacando la poca legitimidad de todos estos procesos comiciales. La nueva constitución se aprobó por referéndum en diciembre de 1999, mientras que en el Estado Vargas ocurría un desastre natural a causa de fuertes lluvias. En el 2000 se convoca a unas nuevas elecciones para relegitimar a las autoridades en sus cargos públicos.
En el 2001, Chávez promulgó 49 leyes concernientes a una reforma agraria y a la administración y utilización de tierras, como producto de su habilitación por parte de la Asamblea Nacional para dictar decretos con rango y fuerza de ley, en el marco de su plataforma de gobierno denominada como Revolución Bolivariana. Esto generó un escenario conflictivo entre el Gobierno y la oposición, que desembocaría en un paro nacional convocado por la Confederación de Trabajadores de Venezuela así como la cámara de empresarios (Fedecámaras).

Las políticas del gobierno de Chávez generaron marchas y manifestaciones de rechazo y de apoyo.
En el 2002 comenzaron las grandes protestas, debido a la aprobación de dichas leyes, que fueron los detonantes de la inconformidad y descenso en su popularidad. Además, hizo cambios en la Junta Directiva de PDVSA, como medio para poder evitar su control por la oposición. En abril de ese año, tras una manifestación multitudinaria de la oposición en Caracas, francotiradores abrieron fuego contra la multitud, matando a varias personas. Si bien todavía se discute quién inició y quién continuó el tiroteo esa tarde, en la madrugada del día siguiente el Alto Mando Militar venezolano anunció que Chávez había renunciado luego de haberselo solicitado. Inmediatamente, militares adversos a Hugo Chávez ejecutaron un Golpe de Estado que colocó en la Presidencia al presidente de Fedecámaras Pedro Carmona Estanga, quien en un breve periodo de tiempo, derogo las leyes aprobadas con la Habilitante y disolvió los órganos jurídicos y legislativos del país, dejándole pleno poder para gobernar. Por su carácter dictatorial y luego de fuertes protestas de los simpatizantes de Chávez y algunas presiones internacionales, ya que muchos países no reconocieron a Carmona, los militares leales al Gobierno retomaron el poder y Chávez reasumió la Presidencia en la madrugada del 14 de abril de 2002. El gobierno no ejecutó ninguna medida extraordinaria ni juicios sumarios sobre los participantes en el golpe fallido. En ese mismo año, la oposición organizó un paro general que pretendía la renuncia de Chávez, pero que afectó por inactividad operativa a Petróleos de Venezuela, ocasionando grandes pérdidas económicas para el país.[12] Tras el vuelco de la fallida renuncia, la oposición pide la realización de un referéndum revocatorio ―elemento que fue introducido en la nueva constitución―, siendo realizado finalmente en el 2004 y en él Chávez surge victorioso, en medio de acusaciones de fraude por la oposición[cita requerida].
Por lo general, la gestión de Chávez ha mantenido una línea izquierdista que pretende llevar al país hacia lo que denomina el Socialismo del Siglo XXI. Creó varios programas de ayuda y desarrollo social, llamadas las Misiones Bolivarianas, a la vez que modifica las instituciones del Estado. También ha manifestado a viva voz su desagrado por el imperialismo económico y político que, según sus palabras, gestiona el gobierno de Estados Unidos, con quien mantiene una tensa relación. A su vez, ha fortalecido relaciones con antiguos rivales de Estados Unidos, como Rusia, China y Vietnam, o los pequeños rivales ideológicos, como Cuba, Irán, Belarús y Siria.
El Gobierno de Chávez se hizo luego con el control de casi todas las gobernaciones del país y con los escaños de la Asamblea Nacional. Las elecciones presidenciales en el país se realizaron en diciembre de 2006, en las que Chávez fue reelecto como Presidente para un nuevo período frente a Manuel Rosales, su contrincante directo. Chávez anunció después que impulsaría su proyecto político a través de una serie de reformas a la Constitución, que incluía propuestas tales como el control de las Fuerzas Armadas, nuevos controles económicos, y la postulación indefinida. En medio del proceso, no renovó la licencia de transmisión del canal de televisión RCTV, el cual pasó a transmitir a través de televisión paga la misma programación habitual del canal, una medida política que generó un inmenso rechazo en la población y que originó el surgimiento del Movimiento Estudiantil Venezolano. En diciembre de 2007 se celebró el referéndum en relación a dichas propuestas, las cuales fueron finalmente rechazadas por el electorado, por una escasa diferencia de 40.000 votos,[13] haciendo que la Constitución se mantenga igual a su versión de 1999.
En de noviembre de 2008, Venezuela celebró elecciones regionales, en las cuales el oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela obtuvo 17 de las 22 (77%) gobernaciones en disputa y 266 alcaldias de las 323 (82%) en contienda y sacando 1.300.000 votos más que toda la oposición unida, consolidandose como la mayor fuerza política del Estado Venezolano. La oposición, por su parte, a pesar que decrecio cuantitavamente hablando respecto al año anterior, obtuvo la gobernación de cinco de los ocho estados más poblados de Venezuela.

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